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Facebook y la oración

En este estudio no me propongo hacer un análisis detallado de la oración. Más bien quiero hacer unos señalamientos en base a lo que he podido observar últimamente. Quiero examinar a fondo las palabras de Jesús sobre la oración registradas en Mateo 6.


Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.


El tiempo de intimidad con Dios ha ido en disminución especialmente con la aparición de tecnología que nos mantiene siempre conectados a redes sociales. He visto en estas redes personas cristianas que pasan horas frente al computador (o celular) subiendo fotos con mensajes cristianos, “orando” en sus muros, “taggeando” a otros en fotos con mensajes inspiradores, etc.


Creo firmemente que las redes sociales pueden ser una gran herramienta para compartir el evangelio, no obstante, Dios nos ha dejado establecido que tenemos que pasar tiempo con Él a solas. Ahora, con Facebook y Twitter, la gente siente que ha “orado” con simplemente publicar en su estado: “Gracias papito Dios por este día hermoso”, “Gracias Señor por tus bendiciones”, “Gracias Señor por ser un gran Dios para mí”, “Gracias Dios porque siempre me respondes.”


Ya con estos mensajes nos sentimos que de alguna manera descargamos nuestra responsabilidad de orar, y a la vez le dejamos ver a nuestros contactos lo mucho que amamos a Dios. Pero la pregunta es, ¿se agradará Dios de que oremos a Él usando a Facebook como nuestro intermediario? ¿Se conformará Dios con los 15 segundos que nos toma escribir en nuestro estado que lo amamos olvidando que Él nos demanda que nos encerremos en secreto con El?


Jesús fue alguien que no gustó de la religiosidad vana, es decir, condenó las apariencias y se preocupó más por lo que se hace en lo secreto. Jesús dijo:


...no hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse y ponerse en claro. (Lucas 8:17)


La oración debe ser un tiempo a solas con Dios; Jesús habló de la oración como un tiempo de intimidad con El. De aquí que diga que lo hagamos en nuestro aposento, cerradas las puertas. “Intimidad” viene del latín “intimus” y se usaba para llamar aquello relativo a lo más interior o interno de las relaciones. La intimidad es un lugar donde se desarrolla una relación muy estrecha, interna, y Cristo ha dejado establecido que la oración es donde esto se lleva a cabo en la vida del cristiano.
 
Debemos preguntarnos para qué “oramos” públicamente en nuestros muros de Facebook. La oración verdadera está dirigida a Dios; los muros de Facebook y los “status updates” están dirigidos a los contactos. Ahora bien, no digo que el testificar, declarar la grandeza de Dios o llamar al arrepentimiento sean cosas que no deben hacerse en Facebook. Creo que esto es necesario, y un perfil de un cristiano debe ser reconocido por su transparencia, pureza y llamados a volver a Dios.


Pero la oración es un espacio entre Dios y el hombre donde se forja una relación íntima, no debe ser algo utilizado para dejar ver a los contactos cuan “justos” somos. Ni siquiera Jesús oraba en público y lo único parecido a una oración pública lo tenemos en el episodio de Lázaro:


Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. (Juan 11:41-42)


Como se ve en el verso, el propósito de Jesús al hacer su oración pública era para dar testimonio, para que los hombres creyeran en Él. Su aclaración sobre su confesión pública demuestra que esa no era su forma de proceder la mayor parte del tiempo. Y en efecto, en todas las ocasiones en que se registra a Jesús orando en los Evangelios, se le muestra solo, apartado de la muchedumbre, en secreto y en total intimidad con el Padre.


No podemos dejar que los medios de comunicación cambien nuestra espiritualidad. Tampoco podemos permitir que los avances tecnológicos que nos mantienen “en línea” 24/7 hagan que nuestro tiempo de intimidad con Dios se restrinja a varios “status updates” en los que por medio de Facebook le dejamos saber a Dios nuestras peticiones, nuestras acciones de gracia y nuestras súplicas. Las redes sociales son herramientas, las herramientas se usan, ellas no nos deben usar a nosotros.


Volvamos a nuestro aposento y cerrada la puerta, oremos a nuestro Padre y Él nos recompensará...