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Orar por salvación, ¿es Bíblico?

Me sorprendió leer hace unas semanas un artículo en el que los autores dicen que no es Bíblico o correcto ir a Dios a pedir por la salvación de una persona. El argumento principal giraba en torno al mandamiento de Cristo de “ir y predicar el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Según ellos, Jesús no dijo: “oren por los perdidos” sino “prediquen el evangelio” y por consiguiente, orar pidiendo a Dios que salve a alguien es incorrecto.


La manera en que los autores del artículo abordan el tema es extremadamente limitante. Por un lado, si bien es cierto que hace falta la predicación para que la gente oiga la Palabra de Dios, no es menos cierto que la oración del pueblo es también importante debido a que la conversión de un ser humano es una obra que depende totalmente de Dios, la Palabra dice:


...a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:12-13)


Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. (Romanos 9:16)


La salvación, por tanto, es un misterio de la gracia de Dios, no sería erróneo entonces que le pidiéramos a Dios que tuviera misericordia de alguien. La salvación  surge de Dios y es la obra directa del Espíritu Santo sobre una persona:


Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (Juan 16:8)


Ahora bien, ¿acaso no hay pedidos de oración en la Biblia a favor de otras personas? El apóstol Pablo escribió:


Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. (1 Timoteo 2:1-4)


Evidentemente Pablo en su carta a Timoteo está instando a los creyentes a orar por los que aún no son salvos. Estas palabras no fueron examinadas en el artículo que leí en el que se desalienta la oración por los no creyentes.


Más aún, Jesús dijo:


La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. (Lucas 10:2)


En este verso Jesús está instando a los creyentes a orar y pedirle a Dios que envíe obreros, pastores, evangelistas y misioneros a aquellos que aún no le conocen. ¿Acaso esto no es una invitación orar en favor de la salvación de otros? Oremos y pidamos que Dios envíe obreros ungidos y capacitados a los perdidos. Cristo mismo lo recomendó.


Pablo oró por salvación: Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. (Romanos 10:1) Orar por la salvación de otros es completamente cónsono con la Escritura, y de hecho, debe ser el anhelo de todo cristiano que ame a Jesús que otros vengan a Cristo.


Ahora, hay que recordar que Dios nos dejó su Palabra para que aprendiéramos a conocerlo, y si lo conocemos sabemos cómo orar. La Palabra dice: Pedís, y no recibís, porque pedís mal... Santiago 4:3. Sabemos que Jesús nos alertó a no usar vanas repeticiones (Mateo 6:7), pero sí promovió la oración persistente (Lucas 18:1-8); también dejó claro que debemos pedir en Su nombre (Juan 14:12-14) y creyendo (Marcos 11:24). Por otro lado, también debemos recordar que para recibir debemos pedir conforme a la voluntad de Dios (1 Juan 5:13-15).


No hay manera de saber orar y orar conforme a la voluntad de Dios si no le conocemos y para conocerlo, debemos ir a las Escrituras. También debemos ver cómo Dios trabajó en aquellos que se convirtieron en las Escrituras (tenemos varios ejemplos). También debemos saber qué dijo Jesús sobre la conversión y quizás uno de los mejores pasajes es el que examinaremos a continuación:


Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno. (Mateo 13:18-23)


Aquí Jesús explica la razón por la que muchos no dan fruto de salvación: falta de entendimiento y la acción directa del “malo” al arrebatar lo que fue sembrado. Una oración Bíblica conforme a esta parábola sería pedirle a Dios que abra el entendimiento de la persona  tal como Él lo hizo con los apóstoles para que comprendieran las Escrituras (Lucas 24:45).


Otra oración Bíblica sería pedir a Dios que reprenda a Satanás (Zacarías 3:2) y que envíe el Espíritu Santo a deshacer las obras del diablo sobre esa persona para que el enemigo no robe lo que fue sembrado en su corazón (1 Juan 3:8). También es muy conveniente pedirle a Dios que envíe al Espíritu Santo a esa persona a convencerla de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8).

Un caso en el que Dios actuó de manera activa para la salvación de alguien fue el caso de Lidia. Se nos dice de ella que adoraba a Dios, pero no era nacida de nuevo. Así que Hechos 16:14 dice: ...el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Así que no sería incorrecto pedir a Dios que abra el corazón de una persona para que preste atención a la predicación.


En Hechos 10:44 dice: Mientras Pedro estaba hablando, el Espíritu Santo cayó sobre los que estaban escuchando el mensaje. Así que, oremos y pidamos a Dios que el Espíritu Santo caiga sobre la persona que escucha el mensaje y haga su obra y de testimonio de Jesús (Juan 15:26).


Juan 6:44 dice: 


Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió...

En Hebreo, la palabra que traducen por "traer" en este verso significa realmente "arrastrar". Entonces oremos y pidamos al Señor que "arrastre" o "traiga" a esa persona que está perdida a Cristo. Pidamos al Padre que lleve a la persona a Su Hijo.

El Salmo 25:8 dice: 

Bueno y recto es el Señorpor tanto, El muestra a los pecadores el camino.

Pidamos por esa persona que está perdida, y reclamemos esta promesa sobre él/ella. Pidamos a Dios que les muestre el camino hacia EL. 

Jesús dijo en Juan 4:14

...pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.

Oremos y pidamos a Dios que le dé del agua de vida que brota para vida eterna a los perdidos.


Un verso que siempre uso para orar por quien necesita salvación se encuentra en Ezequiel 11:19:

Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne...

Hermanos, esta es obra exclusiva de Dios, solo Dios puede dar un corazón nuevo; solo Dios puede poner un espíritu nuevo dentro de una persona. Entonces, pidamos con fe. Pidamos a Dios que quite el corazón de piedra y que ponga un corazón y un espíritu nuevo en ese pecador que necesita salvación. Solo EL puede hacerlo.

Por último, me gustaría terminar este artículo con Tito 3:3-7:

Porque en otro tiempo nosotros también éramos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de los malos deseos y de diversos deleites; vivíamos en malicia y envidia, nos aborrecían y nos aborrecíamos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, y no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador, para que al ser justificados por su gracia viniéramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

Pida a Dios que lo que se narra en estos versos suceda en esa persona por la cual ud ora. Pidamos a Dios que manifieste su bondad y misericordia sobre ese pecador necesitado. Pidamos que esa persona sea lavada en la regeneración y que sea renovada por el Espíritu Santo. 

Amén